Cierta
escalera de Carlo Scarpa asegura, a la vez que un tránsito fluido y regular,
una singularidad a cada uno de los peldaños.
Puede
pensarse que se trata en este caso de una intensificación abusiva del
encarnizamiento arquitectónico. Pero es verdad que cada paso merece una
especial atención: el primero del arranque de la subida es singularmente
importante (y suele diseñarse diferenciadamente); el último de llegada y remate
también tiene su papel que desempeñar; ¿qué decir de los intermedios?
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