Lugares para el enseñoramiento del cuerpo

Puede que haya una arquitectura concebida, dedicada y conformada para que el cuerpo sea bienvenido por los lugares que lo tengan como señor soberano.
Concebir una arquitectura así no es muy difícil: basta dejar de pensar en cosas proyectadas y construidas y poner mucha atención en lo que hacen las personas en los lugares.
Dedicar una arquitectura de esta naturaleza es un poco más difícil: supone reorientar un modo de hacer formado en un sentido cosificador, transformándolo en un hacer que efectúa, ante todo relaciones entre las cosas y las personas.

Conformar una arquitectura perfilada es lo realmente difícil. Pero sólo así el ejercicio profesional de la arquitectura constituirá un humanismo práctico.

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