Las
herramientas con que nos servimos para intervenir en el espacio son aún la
geometría euclidiana y la física newtoniana.
Sin
embargo es dable observar que, mientras el espacio
euclidiano-newtoniano es isótropo, homogéneo y continuo, el lugar concreto en que operamos en
arquitectura es anisótropo, heterogéneo y discontinuo. Nuestra representación del espacio, es en cierto
sentido falaz, aunque nos permite operar
de un modo relativamente satisfactorio todavía.
Habrá
que tener, en consecuencia, una actitud expectante y un espíritu vigilante ante
otras geometrías y físicas ya no del espacio, sino del lugar.
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