“Siento el cansancio de Santiago. Quiero hallar en
Valparaíso una casita para vivir y escribir tranquilo. Tiene que poseer algunas
condiciones. No puede estar ni muy arriba ni muy abajo. Debe ser solitaria,
pero no en exceso. Vecinos, ojala invisibles. No deben verse ni escucharse.
Original, pero no incómoda. Muy alada, pero firme. Ni muy grande ni muy chica.
Lejos de todo pero cerca de la movilización. Independiente, pero con comercio
cerca. Además tiene que ser muy barata ¿Crees que podré encontrar una casa así
en Valparaíso?”
Pablo
Neruda, 1959
La
encontró y la llamó La Sebastiana. Por
cierto, no se trataba sólo de una casa, sino de un lugar en Valparaíso para
vivir.
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