Las
trazas de los muros delinean la forma de las estancias, pero es en la
conformidad de los umbrales en donde se desarrolla la estructura íntima de los
lugares habitados.
Hay
una figura que enlaza a los diversos umbrales entre sí, que los dispone
jerárquicamente, que los compone en secuencias; esa figura es la propia de la
estructura de la arquitectura del lugar. Y esto porque los tránsitos de los
cuerpos experimentan los rituales del paso, se estremecen con levedad y viven
efectivamente el lugar.
Cada
umbral es un caso de una particular sensibilidad en la relación íntima del
cuerpo con los lugares que habita.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario