Alexander
Mikhaillovich Semionov (1922- 1984) Calle
Malaya Sadovaya (1979)
Una
ciudad ofrece a veces ciertos desafíos especialmente seductores a los
arquitectos.
La
oportunidad de cerrar una perspectiva es un buen ejemplo de estos retos. Hay
que interpretar las tensiones que los elementos urbanos proponen al
emplazamiento singular. El edificio deberá responder con decoro a esas
tensiones y conseguir un equilibrio dinámico de fuerzas, de luces, de texturas.
En
una calle tradicional, los edificios imponen uno a uno un ritmo, una cadencia
particular, a la vez que se recortan con acordadas líneas rasantes con el
cielo. La contextura particular de cada fachada contribuye a ofrecer una
textura que progresa hacia la línea crítica en donde contornea el foco de la
escena.
No es
frecuente ocupar el foco de una perspectiva, de manera que hay que esmerarse:
hay que ocupar esta plaza con elegancia, sí, pero también con complicidad.
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