Apreciar el cielo como una alegría esencial

De la observación de la bóveda del cielo nos percatamos de los signos del tiempo, el tono de fondo del ambiente, de las calidades de la luz sobre las cosas.
Puede parecer banal, pero llega a ser muy significativo para quien confinado por la enfermedad o la cárcel, padece privado del mínimo y habitual vistazo al cielo.

Por eso debemos asegurarnos, como un requisito fundamental de nuestras adecuadas condiciones de existencia, de la entrevisión, siquiera distraída, de la cubierta total del lugar.

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