La
vida no puede desarrollarse muy lejos del agua.
Sin
embargo, el suministro regular de este elemento en la morada del hombre ha
supuesto un largo recorrido histórico. El agua es un elemento singularmente
indómito y traicionero. Por eso, cuando la humillamos confinada en las
cañerías, ofrece toda su presión para estropear todo con su aleve intromisión.
Debemos
tratar al agua con mayor consideración que la actual.
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