El Movimiento Moderno y el existenzminimum (III)

Examinemos ahora otro esclarecedor pasaje de la ponencia de Ernst May en el II CIAM:
Aun hoy es extraordinariamente difícil para muchos arquitectos comprender que en la construcción de viviendas, el aspecto exterior de los volúmenes y la distribución de las fachadas no debe ser considerados como los principales tareas de los arquitectos, sino que la parte más importante del problema es la construcción completa de la célula individual de vida y que a ellos les corresponde, además, la tarea urbanística de incorporar a la imagen de la ciudad la suma de estas células de vivienda, es decir el barrio, para que de este modo se creen las mismas condiciones favorables para cada elemento individual de vivienda.
Aún en pleno siglo XXI, los arquitectos que optan por proyectar y construir vivienda popular abrevan en estas fuentes. Hay que observar:
  1. Es comprensible que el estudio de la distribución en planta reemplazara a cierto ocioso fachadismo finisecular. Ahora, el aspecto general de las construcciones de alojamiento popular no están condenadas necesariamente a la pobreza compositiva o a la supresión total del diseño.
  2. De este pasaje se extrae el equívoco todavía actual que confunde un complejo habitacional —agregado de viviendas— con un barrio. Equívoco fatal que destroza la trama histórica de la ciudad, a golpes de buena voluntad viviendista.

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