La vivencia del histerotopo. Interiores y colpoprácticas

En gran parte de la literatura sobre el habitar se suele invocar, apenas empezado el discurso, la experiencia entrañable del interior. En este sitio hemos diferido la ocasión de tratarlo sólo cuando otras muchas cuestiones fueran, al menos, presentadas.
Es que el tratamiento de la cuestión del interior es compleja por involucrar una dimensión propia de éstos, una profundidad que no es perspectiva. Esto quiere decir que la profundidad propia del interior no la vence la marcha, ni la mera visión: se trata de una dimensión de la que sólo dan cuenta las colpoprácticas, esto es, las prospecciones de la profundidad específica que tienen de suyo los ámbitos interiores, las cavidades (kolpos, en griego). Sloterdijk ha nominado esta dimensión como histerotópica, esto es, la dimensión intrínseca de los úteros y otras cavidades.

Penetrar de modo cabal en un interior es algo muy diferente que marchar, consiste en adentrarse, de conquistar por prospección la interioridad del ámbito por el sujeto.

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