La burbuja erototópica

Puede pensarse que la —única, originaria, o fundamental— propiedad privada legítima es la que tiene expresión en la burbuja erototópica que genera la pareja de amantes.
En efecto, la profunda intimidad no se consigue si no es con el apartamiento del escrutinio e intromisión de terceros. Este ámbito nuestro pueden vindicar a justo título los amantes que, gozosos, se confinan de buena gana en él.

Lo que es materia discutible es la caracterización adecuada de esa propiedad privada: única legítima, originaria o quizá fundamental. La cuestión está abierta.

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