William
Merritt Chase (1848- 1916) Tarde en el
parque (1890)
El
confort puede entenderse como un conjunto de características objetivas de un
medio que afectan a distintos sentidos (termopercepción, audición, visión),
expresables en unidades físicas. De modo alternativo, puede considerarse como
un estado subjetivo resultante de ciertas condiciones biológicas y
sociopsicológicas ambientales. Todo indica que una perspectiva adecuada es la
provista por la convergencia relacional objetiva- subjetiva. En otros términos,
el confort sería un valor, esto es,
una estructura que refiere ciertas condiciones objetivas ambientales con unas
disposiciones subjetivas de relativa satisfacción.
Esta
asunción abre un importante capítulo de investigación en Teoría del Habitar.
En
efecto, ya no es posible contentarse con las especificaciones de condiciones
físico-ambientales objetivas, sino que debe referírselas a condiciones subjetivas
que expresan el bienestar. Y detrás de ese bienestar, están los sujetos
protagonistas de los mejores y más comprometidos desvelos: las personas de
carne y hueso que pueblan las arquitecturas
No hay comentarios.:
Publicar un comentario