La arquitectura y el urbanismo del siglo XXI
deberían estar basados en la consideración del ser humano y de los otros seres
vivientes en primer lugar, asumiendo que estamos interviniendo en un mundo
frágil.
Medio ambiente, desigualdad social y movilidad
forman el conjunto de problemas urbanos más significativo, común a las grandes
ciudades y ellos no pueden ser enfrentados aisladamente. El trípode
ambiente-desigualdad-movilidad esta en el centro de la cuestión urbana que
caracteriza a las ciudades del siglo XXI. Los problemas ambientales están asociados a saneamiento, a la contaminación
del aire y de las aguas y al consumo de combustibles fósiles. La desigualdad
social está estrechamente relacionada al acceso a los servicios públicos donde
la infraestructura urbana tiene papel relevante. Y la movilidad a su vez se
agrava proporcionalmente a la expansión de la ciudad y a la intensidad del uso
del modo automovilístico.
Jorge
Jáuregui
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