Lisboa
La palabra ciudad viene del
latín cives (ciudadano). El griego polis, que se suele traducir por ciudad,
significa en realidad comunidad o conjunto de ciudadanos. La ciudad propiamente
dicha, las construcciones, se decía en griego astû, y esta palabra deriva de un
radical indoeuropeo WEI, que significa morar, permanecer, y que se halla
también en el tiempo pasado del verbo ser en inglés (was). Es decir, incluso
las construcciones materiales, los edificios
se designaban por el tipo de
"acciones" que acogían: la protección del ser. Una ciudad no era una
amalgama de obras sino un espacio donde estar, vivir.
Pedro
Azara, 2016
El
Diccionario de la Real Academia define la ciudad en los siguientes términos:
Conjunto de edificios y calles, regidos por un
ayuntamiento, cuya población densa y numerosa se dedica por lo común a
actividades no agrícolas.
Esto no es la ciudad propiamente dicha,
por más que lo dictamine la Realísima Academia.
Si
quisiéramos poner las cosas en orden y en su sitio deberíamos formular que una
ciudad es:
Primero,
una comunidad de asentamiento densa y numerosa nucleada en torno a una
economía no-agrícola
Segundo,
un ámbito espacial y temporal en
donde esta comunidad habita y
Tercero,
una estructura física construida que
interrelaciona complejamente la habitación de los diversos lugares comprendidos
por su ámbito.
¿Quedan
ahora las cosas en su sitio?
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