Alix Marquet
(1875- 1939) Fin de la tarea (1903)
Mientras
que la trasposición de umbrales y los tránsitos son las actividades en verdad
cruciales e imperiosas en el habitar, las estancias sojuzgan el imaginario.
Puede
que una detención se vuelva propicia para sobresignificar el estar, el
detenerse, la tentación irresistible de lo sedentario. Y así nos disponemos a
las tareas cotidianas de estar juntos, amar, comer, descansar, dormir y soñar.
No siempre nos amparamos para ello en una habitación construida al efecto, pero
sí en un ámbito siquiera sumariamente acondicionado: la detención, la parada,
la consideración reflexiva del curso de las acciones futuras precede a la
constitución de interiores habitados. Se constituye el habitante en espera
antes y necesariamente que la habitación a construir.
Allí
donde podemos aplicarnos a soñar es donde nuestro habitar se termina por
revelar. Hemos llegado.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario