Obdulio Varela
camino al entrenamiento (1950)
Ya hace
unos días que se apagaron las luces de los estadios del Campeonato Mundial de
Fútbol de Rusia. Felicitaciones a los franceses, justos campeones.
Pero
aquí, en el pequeño Uruguay hemos aprendido (ojalá todos hayamos aprendido) que está muy bien saludar a quienes
triunfan sin alborotos y también a quienes pierden con dignidad y vergüenza
deportiva. Asimilamos esto del director de nuestro seleccionado, el maestro de
escuela Óscar Washington Tabárez. Pero también es la oportunidad de aprender
otra cosa.
Ganar
un campeonato es apenas una ráfaga fugaz en el tiempo y debe durar apenas lo
que dura la embriaguez reparadora. Y al día siguiente, a volver a la vida y sus
labores cotidianas.
Ojalá
pudiéramos aprender a habitar el tiempo corriente saludando con respeto y
consideración a los jugadores de la vida cuando van, día tras día a su adiestramiento,
más allá del instante histórico en que el triunfo los reconoce campeones.
Porque campeones son ya cuando van, apasionados y aplicados al esfuerzo, precisamente
camino a su entrenamiento.
Muy inteligente conclusión y digno homenaje a mi tío Obdulio que fue un luchador de la vida.Gracias estimado amigo por tu aporte al habitar
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