Jan Van Beers
(1852- 1927) En el balcón (s/f)
A un alma se le mide por la
amplitud de sus deseos, del mismo modo que se juzga de antemano una catedral
por la altura de sus torres.
Gustave
Flaubert
La
medida de la latitud o amplitud refiere a la libertad relativa del cuerpo en el
lugar.
La
constricción en esta dimensión, de un modo literal, angustia. Quien puede
extender sus extremidades en la holgura de su lugar, está a sus anchas. Después de la profundidad perspectiva, derivada de la
marcha y después de la altura, proveniente de la bipedestación, la amplitud
mide la pura y gozosa disponibilidad del lugar. Por ello, es altamente
apreciado disponer de un punto de vista sobre el paisaje que domine un
panorama. Por ello son también valoradas tanto la amplitud de los deseos como
la amplitud de miras, signos de exuberancia moral.
Cuando
reivindicamos un lugar especialmente holgado, recurrimos, ante todo, a la
dimensión propia de la amplitud
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