Andrea
Palladio (1508- 1580) Cúpula de la villa Capra
Toda vez que la arquitectura o
"lo arquitectónico" nombra un hacer regulado con vistas a un fin, que
exige sabiduría, un carpintero o un armero que fabricaba cascos podían ser
arquitectos, según cuenta Aristóteles en la Física. Este uso sorprendente del término
arquitectura revela que para Aristóteles lo arquitectónico se limita a la
proyectación y la construcción, sino a la ideación. Lo que el carpintero y el
político tienen en común, que les permite ser calificados de arquitectos, no es
el tipo de saberes y de obrar, ni la materia sobre la que obran, sino el obrar
con vistas a un fin, la existencia de un plan, estuviera pensado o dibujado. El
arte, la técnica o el método solo se subordinan a ningún otro proceder. Hacer
arquitectura consiste en planificar, es decir operar según reglas con vistas a
un resultado consecuencia del obrar, previsto y anunciado por éste. Por tanto,
un arquitecto es quien logra establecer el orden, en la materia o en
comunidades: ordenar el mundo y los humanos.
Pedro
Azara, 2013
El
concepto de arquitectura desborda su objeto.
El objeto de la arquitectura, en efecto,
puede reducirse, en términos muy generales, a un conjunto de masas sabiamente
ensambladas bajo la luz, tal como lo formulara en su momento el maestro Le
Corbusier. Pero esta definición se constriñe al emergente material del objeto
arquitectónico.
El concepto de arquitectura, por su parte,
es mucho más general y profundo aún.
Toda arquitectura, más allá de su eventual materialización, es siempre una
estructura de fines, en donde ciertas finalidades secundarias se someten al
imperio de una principal.
La
arquitectura no es apenas el arte reservado a los constructores sino de todos
aquellos que identifican, conforman y configuran estructuras de fines
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