Jerzy Hulewicz
(1886 -
1941) Leda y el cisne (1928)
El
cuerpo desarrolla unas prácticas que afectan la constitución del lugar.
La
práctica más primitiva y entrañable es la manipulación. Las manos del hombre
vuelven su mundo en una proliferación de cosas asidas, consideradas, arrojadas,
implementadas. Hay un mundo que se deja conquistar por las manos, hay una
dimensión quirotópica en los lugares.
A la
manipulación le sigue de cerca el trabajo
y su correspondiente dimensión ergotópica con sus escenarios de esfuerzo,
cooperación y competencia. No lejos de ello se desarrolla un formidable recurso
estructurador: el juego y su
dimensión propia, la nomotópica.
A
estas prácticas se agregan, misteriosas y apasionantes como pocas tanto la
erótica como la prospección de las cavidades interiores, esfuerzos denodados en
la conformación efectiva de antros, de madrigueras y de alcobas donde reina tanto
la penumbra como el ardor.
El
cuerpo, practicante incansable, proyecta sus improntas sobre el lugar.
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