La disolución de la ciudad en las periferias y la
exclusión social en las áreas.
Se tiende a una urbanización difusa, dispersa,
fragmentada y segregadora, la no ciudad. Barrios cerrados, conjuntos de
vivienda social lejos de la trama ciudadana, centros comerciales que no son
centros urbanos solamente rodeados de estacionamiento, puntos nodales cuya
única vida la da la gasolinera, un bar y un pequeño supermercado, polígonos
industriales pomposamente denominados parques de innovación tecnológica y que
pueden ser galpones de almacenamiento, suelo expectante pendiente de obtener
beneficios especulativos, vías más o menos rápidas al servicio de los autos
privados, contaminantes y condición para multiplicar el precio del suelo, etc.
La otra cara es la ciudad compacta y excluyente,
donde se concentra principalmente una parte importante de sectores altos y
medios, residentes y/o usuarios de las áreas centrales, donde se realizan
grandes proyectos complejos para el terciario superior (financiero,
administrativo, comercial), la “nueva economía” (o “economía del conocimiento”),
las instituciones políticas, etc. Los centros históricos se museifican y se
gentrifican, los barrios residenciales se securizan mediante la homogeneización
social, los barrios populares van modificando su población a medida que se
produce la renovación urbana y algunos barrios degradados son refugio de
colectivos marginados, no necesariamente marginales. Progresivamente los
sectores populares son excluidos de la ciudad, del lugar donde se puede ejercer
la ciudadanía, el derecho a la ciudad se pierde o se reduce a mínimos.
Jordi
Borja
No hay comentarios.:
Publicar un comentario