Jerzy Hulewicz
(1886 -
1941) Muchacha en Pegaso (1927)
El
horizonte ciñe el lugar, pero hay al menos dos importantes dimensiones humanas
de éste que se abren más allá de su confín.
Por
una parte, hacia adelante, hacia lo que
vendrá y más allá del horizonte se despliega la dimensión alethotópica, la
dimensión propia de las revelaciones del conocimiento. Es que no sólo avanzamos
hacia el horizonte: nos proyectamos hacia el trasfondo del que emergerá todo
aquello que sea dable descubrir. Ciertamente, los humanos no disponemos de
alas, pero sin embargo, llegamos a volar.
Por
otra parte, hacia atrás, hacia el pasado y tras el horizonte se extiende una
dimensión opuestamente orientada a la anterior y es la tanathotópica. Allí yace
lo vivido, lo muerto, y se apiña tanto la memoria, el recuerdo así como el
olvido. Sabemos que somos mortales: nos extendemos allí con otras alas.
En la
tradicional y falaz escisión entre el cuerpo y el alma, puede que se piense que
estas no son dimensiones propiamente corporales, pero es necesario revisar a
fondo esta asunción.
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