Aisthesis arquitectónica con el concurso de Juhani Pallasmaa (XXII)


Eva Rubinstein (1933)

En nuestra época la luz se ha vuelto una simple materia cuantitativa y la ventana ha perdido su significado como mediador entre dos mundos, entre lo cerrado y lo abierto, la interioridad y la exterioridad, lo público y lo privado, la sombra y la luz. Habiendo perdido su significado ontológico, la ventana ha pasado a ser una mera ausencia de muro: "El uso de ventanales enormes [ ...] resta a nuestros edificios de intimidad, el efecto de la sombra y la atmósfera [...]. Han equivocado los arquitectos de todo el mundo la proporción del cristal, es decir ventanas o de espacios abiertos hacia el exterior [...]. Ya la vida interior del hogar se ha perdido, se ha perdido por la gran ciudad, la urbe que obliga a la gente a vivir fuera de su casa" , escribe Luis Barragán, el verdadero mago del secreto íntimo, el misterio y la sombra en la arquitectura contemporánea. Del mismo modo, la mayoría de espacios públicos contemporáneos se volverían más placenteros con una luz menos intensa y una distribución desigual. El útero oscuro de la sala del consejo del Ayuntamiento de Saynatsalo de Alvar Aalto recrea un sentido místico y mitológico de comunidad; la oscuridad crea un sentido de solidaridad y fortalece el poder de la palabra hablada.
Pallasmaa, 2005

No hay magnitud física que afecte a los sentidos que pueda proliferar sin tasa o proporción.
La música debe complementarse con una cuota cierta de silencio, la luz con penumbras y sombras, las fragancias con un fondo perceptivo, las texturas y temperaturas superficiales deben alternarse en intensidades y valores. Por ello, cada elemento arquitectónico debe administrar los flujos energéticos al amparo de la vida.

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