Eva Rubinstein
(1933)
En nuestra época la luz se ha
vuelto una simple materia cuantitativa y la ventana ha perdido su significado
como mediador entre dos mundos, entre lo cerrado y lo abierto, la interioridad
y la exterioridad, lo público y lo privado, la sombra y la luz. Habiendo
perdido su significado ontológico, la ventana ha pasado a ser una mera ausencia
de muro: "El uso de ventanales enormes [ ...] resta a nuestros edificios
de intimidad, el efecto de la sombra y la atmósfera [...]. Han equivocado los
arquitectos de todo el mundo la proporción del cristal, es decir ventanas o de
espacios abiertos hacia el exterior [...]. Ya la vida interior del hogar se ha
perdido, se ha perdido por la gran ciudad, la urbe que obliga a la gente a
vivir fuera de su casa" , escribe Luis Barragán, el verdadero mago del
secreto íntimo, el misterio y la sombra en la arquitectura contemporánea. Del
mismo modo, la mayoría de espacios públicos contemporáneos se volverían más
placenteros con una luz menos intensa y una distribución desigual. El útero
oscuro de la sala del consejo del Ayuntamiento de Saynatsalo de Alvar Aalto
recrea un sentido místico y mitológico de comunidad; la oscuridad crea un
sentido de solidaridad y fortalece el poder de la palabra hablada.
Pallasmaa,
2005
No hay
magnitud física que afecte a los sentidos que pueda proliferar sin tasa o
proporción.
La
música debe complementarse con una cuota cierta de silencio, la luz con
penumbras y sombras, las fragancias con un fondo perceptivo, las texturas y
temperaturas superficiales deben alternarse en intensidades y valores. Por
ello, cada elemento arquitectónico debe administrar los flujos energéticos al
amparo de la vida.
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