Josef
Tautenhayn (1837-1911) Relieve en Brigittenau, Viena (1952)
En
vano se la buscaría en el talento más reconocido de los más reputados
arquitectos.
Un
arquitecto puede llevar a cabo mejor o peor arquitectura, pero nunca la mejor de las arquitecturas.
Esto es porque los arquitectos conocen demasiado de innúmeros factores que
obstaculizan el camino a lo mejor de las arquitecturas. Los mejores son los que
esquivan un mayor número de estos factores, pero no se puede con todos.
En
realidad, la mejor de las arquitecturas
es la que portamos todos en la profundidad enigmática de nuestros deseos más
reservados. Y ahí no llega cualquiera. Por supuesto, no llegan los
arquitectos, porque están demasiado ocupados con sus propios obstáculos, forjados
en años de formación académica.
La
mejor de las arquitecturas reside en la sima espiritual más insondable del más
puro buen salvaje que todavía sobreviva en nuestra envejecida cultura. Hay que
encontrarlo y saber indagar en su alma.
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