Museo de la
Acrópolis, Atenas, 2015
Las
palabras piedra, lápida, mineral
tienen pocas asociaciones con la vida.
Sin
embargo, hela aquí. Una piedra que ha subsistido a las sevicias del tiempo, del
olvido y de la ruina. Una lápida que escondía una diosa sorprendida en el
preciso momento de calzarse una sandalia. Un mineral tratado con un afecto que
termina por prevalecer ayer, hoy y en el previsible futuro.
Un
milagro de vida descubierto en las entrañas delicadas de la piedra más sagrada.
Y lo que es mejor, obra humana, muy humana, quizá demasiado humana.
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