Mujeres de
Argel, 1899
A la
mezquindad del existenzminimum hay que oponerle la reivindicación de la
dignidad y la dimensión social de los lugares y elementos arquitectónicos.
Debemos
combatir el regresivo y avasallador envasado
de la vida oponiendo el tamaño
conforme a los rituales sociales. Este tamaño conforme a los rituales
sociales no resulta de la observancia inerte de las formas hegemónicas de la
etiqueta sino que deben provenir de una sistemática indagación sobre las
efectivas demandas sociales.
Se
vuelve imperioso defender unas dignas holguras capaces de cobijar con respeto
debido las significaciones sociales de nuestro vivir.
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