Apuntes de viaje (XXIII) Sueños de la materia


La Alhambra, 2016

Hay operaciones constructivo-ornamentales que, a fuerza de ensañarse con la materia, culminan en privarla de gravedad.
Es así que los ornamentos flotan allí en lo alto, en el lugar propio de los sueños de la materia. Porque bajo los arcos y las molduras de los cielos interiores es bueno alojarse para abandonarse a la imaginación. Porque la mirada vaga alígera y ya nuestro propio cuerpo no nos pesa, para llegar entonces a extasiarnos con el furor calmo de las luces y sombras, siempre en concierto danzante.
Porque los sueños de la materia son eso, una obstinada coreografía de luces, penumbras y sombras, mientras que, desde el patio, nos mece el rumor de las fuentes.

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