Hechos de
violencia en el Barrio Marconi de Montevideo (2016)
En la
actualidad se observa una realidad urbana que resulta de múltiples choques de
proyectos sociales del habitar.
Como
consecuencia de ello, la ciudad misma es conflictiva. Y no sólo cuando estalla
la violencia callejera, sino en el devenir corriente. Dominan la ira y el
miedo.
Vivimos
en ciudades que no proveen a sus ciudadanos lugares adecuados para vivir,
porque hay ciudadanos poseedores y beneficiarios de servicios públicos, pero
también hay otros ciudadanos deprivados de bienes a los cuales no llegan estos
servicios. Se ensancha y ahonda el abismo socioeconómico entre ricos y pobres.
Y ciudades con sociedades escindidas no brindan lugares adecuados para habitar.
Para nadie.
Vivimos
en ciudades disarmónicas, porque su territorio es un mosaico de segregaciones
socioespaciales. Los ricos ponen distancia, rejas y guardias privadas. Los
pobres se resignan al accionar cada vez más organizado de la delincuencia y se
alejan de la ciudad regularmente conformada.
Vivimos
en ciudades injustas. En la fotografía puede verse, como casual sarcasmo, el cartel
viario que advierte: comienza la zona
escolar. ¿Estamos aprendiendo la lección?
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