Henri Cartier-Bresson
(1908- 2004) Prostitutas de México
(1933)
A
algunos arquitectos les gusta pensar que operan con un vacío trascendente.
Es
que una de las concepciones del espacio es la de una vacuidad, una
disponibilidad, una abertura en el orden de las cosas. Pero sucede que en esto
que los arquitectos consideran y piensan como vacío, suceden cosas
singularmente interesantes. La vida humana, vamos.
Otros
arquitectos consideran que operan con lo la materia, con lo lleno o pleno de
realidad inmanente: obran con muros de piedra o puertas de sólida madera. Por
aquí y por allá dejan huecos —que también se llaman vanos— por las que algunas
cosas pasan, por lo que son, naturalmente, vacíos. Pero sucede que esos vacíos,
también pasan cosas singularmente interesantes. La vida humana, vamos.
¿No
será tiempo para que algunos otros arquitectos se rindan ante la evidencia de
que de lo que hay que ocuparse es de la plenitud de la vida humana en los
lugares?
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