Charles Demuth
(1883- 1935) Comodidades modernas
(1921)
Desde la casa, el hombre se
asoma al mundo. La casa es el origen de cada viaje: de todos los viajes. La
casa es, pues, ese invento humano al que uno vuelve, como un Ulises a su Ítaca,
como un toxicómano reincidente. O como un sonámbulo. Esto se debe a que en la
estructura mítica de la casa se encierra el mito de volver a ella. Hasta el
punto que se podría definir la casa como aquello a lo que volvemos bajo la
implícita promesa de la protección.
Sin la casa no hay ni viaje ni
viajero posible.
Santiago
de Molina, 2015
La
casa es un punto trascendente en el laberinto que habitamos.
Todas
las sendas parten de allí y hacia ese lugar vuelven, reinciden, recaen. La
casa, entonces prolifera en sendas. Este hecho hace abandonar la idea
persistente que la casa se conforma meramente con el recinto de sus muros
exteriores y su cubierta. Es un cruce de caminos, nada más ni nada menos.
Por
otra parte, como nuestro autor afirma con perspicacia ejemplar, en la estructura mítica de la casa se
encierra el mito de volver a ella. Una casa es una querencia, un hábito, un
regreso antes de constituirse
físicamente.
A la
tradicional idea de casa como esfera debe agregarse la idea de laberinto.
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