Urbanización sin ciudad como patología del habitar (IV)

Ahwatukee,  Phoenix, Arizona

En las últimas décadas se han acelerado las formas de urbanización extensiva, dispersa, fragmentada, segregadora y atomizadora. Esa es la urbanización sin ciudad que no sólo se da en los entornos periféricos de la ciudad, sino que también afecta a la ciudad compacta con zonas marginales, enclaves elitistas, rupturas del tejido físico por medio de infraestructuras, murallas físicas y simbólicas.

Jordi Borja, 2016

Hay que rendirse a la evidencia que nuestra cultura, deudora de la ideología tardocapitalista, es una cultura de exclusión.
Allí donde impera la consigna que reza: tanto tienes, tanto vales, la exclusión mutua de los distintos estratos socioeconómicos es una regla sistémica. Esto se expresa en la urbanización actual, que segrega las localizaciones, haciendo del territorio un mosaico de diferentes poblaciones rigurosamente reunidas y diferenciadas por bordes de segregación. Los portones de las gated communities son un signo patente, pero hay otros más discretos: todo el mundo sabe qué significa vivir de un lado u otro de ciertas avenidas.

Una urbanización que se desarrolla en forma segregadora no resulta en una ciudad, sino en un agregado de zonas socioeconómicas segregadas de residencia. Cabe preguntarse entonces y a título de ejemplo ¿qué clase de entidad es Montevideo en la actualidad?

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