Antoine Verglas
(1962)
En el Renacimiento se consideraba
que los cinco sentidos formaban un sistema jerárquico, desde el sentido más
elevado de la vista hasta el más bajo del tacto. El sistema renacentista de los
sentidos estaba relacionado con la imagen del cuerpo cósmico; la visión
guardaba correlación con el fuego y la luz, el oído con el aire, el olfato con
el vapor, el gusto con el agua y el tacto con la tierra.
Pallasmaa,
2005
Resulta
sorprendente que ciertas especulaciones que llegan a la cultura con el
envoltorio de los mitos consiguen desplegar algo de su verdad sólo mucho más
tarde, cuando la civilización consigue elucubrar un aparato de razones que les
otorguen un nuevo sentido.
Parece
que la certeza científica camina lerdo para terminar, al fin, alcanzando lo que
la imaginación más febril ha alcanzado en apenas un destello de lucidez, con un
breve toque de la conciencia sobre la arena del mundo.
¿Cuánto
de verdad conoce nuestro cuerpo? ¿Por qué demora tanto esta verdad a volverse
una evidencia para la conciencia?
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