Alguna vez he comentado en esta
página lo importante que es viajar a los lugares no para conocerlos, sino para
confirmarlos. Llegar a ellos con lecturas previas que permitan amueblarlos con
lo que fueron o con lo que otros imaginaron o vivieron allí. Contextualizarlos
en su literatura, su tradición y su historia. No es lo mismo caminar con libros
que sin libros en la memoria.
Arturo
Pérez- Reverte, 2019
En esta
época de proliferación de imágenes, uno puede viajar mucho antes de abordar el
avión.
Los que
guardamos memoria de la función de las antiguas postales tenemos una curiosa
sensación cuando, deambulando por ahí, caemos en poblar un preciso punto de
vista propio del fotógrafo de aquellas. Es entonces cuando confirmamos que
habitamos la sustancia de los sueños. Ya
hemos presenciado antes esta escena.
Es que
ya no podemos apreciar Roma o Venecia con una mirada pura, joven y prístina,
sino que lo hacemos desde el trasfondo polvoriento de la memoria que aloja, de
aquí y de allá, postales que dan cuenta de qué clase de ocurrencias evocamos
bajo los nombres de Roma o Venecia.
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